Querido estupidiario:

"Te vas a llevar la gran ostia" me decían. Como nos gusta eso de enamorarnos del idiota menos indicado, del que más pinta de malo tiene, ese a que todo el mundo conoce como el más cabrón. Y yo no digo que él sea diferente, porque quizás sea pero que ninguno. Que será todo lo que queráis pero me juego el cuello a que nadie sabe como me siento cada vez que me habla o simplemente cuando saltan chispas en un cruce de miradas. El cosquilleo de mi estomago sigue de ese gran nudo en mi garganta que termina en la sonrisilla que no podemos esconder.Que igual soy tonta y no siente nada de lo que me dice, probablemente le de bastante igual. Que vale, me hará daño, me daré la gran ostia como todas me avisáis. ¿Pero cuando no me pasara eso? Siempre que me he caído me he levantado. Entonces me permito daros un pequeño consejito: meteros en vuestros asuntos, y a mí, dejarme en paz. Gracias.