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Me río yo de los "para siempre". Los amores no son para siempre, los amigos no son para siempre, los momentos no son para siempre, nada es para siempre, para bien o para mal. Nos gusta pensar que lo malo durará poco y lo bueno durara por siempre. Muchas veces creemos que cuanto más repitamos que será para siempre, más posibilidades existirán de que así sea. Sólo hay una cosa que debería ser para siempre, nosotros mismos. Y esa suele ser la promesa que más nos cuesta cumplir. Nos gusta mucho aparentar ser alguien que en realidad no somos. Nos gusta demasiado ser como los demás quieren que seamos. Afortunadamente, o desafortunadamente, yo haré todo lo posible por no cambiar por nada ni por nadie, porque si soy así, por algo será.