No existe lo difícil,


tal vez lo poco fácil. Pero sino todo sería aburrido. No existirían las metas, ni lo sueños. Lo fácil nos aburre, y lo difícil nos asusta. Si algo es difícil hay que arriesgar, hay que sentir ese miedo a perder, la adrenalina del peligro. Esas ganas de tirar la toalla cuando vemos el vaso medio vacío. Porque lo fácil es rendirse, y como ya he dicho, lo fácil aburre. Y lo difícil nos tienta, y la vida es la mayor tentación.