Cuando te sabes la respuesta, te cambia la puta pregunta.


Me pongo a pensar y descubro que no sé si quiero tenerte, quizá eres demasiado, pero sé que no soportaría volverte a perder. Que sé que no eres de esos que dicen te quiero a diario, que tu eres más de demostrarlo, y yo soy más de paranoias cada día que no te veo. Pero prefiero arriesgar pensando que esta vez será diferente, porque no pienso quedarme a las puertas de nada, y así jamás me preguntare '¿Qué hubiera pasado si..?'. No soy valiente, pero lo intento.