Puto orgullo,


Sí, soy orgullosa, pero no más ni menos que el resto de vosotros. Muchas veces me gustaría tragarme todo el orgullo que hay en mí, y poder admitir todas las veces en las que me he equivocado. Poder decir que sí, que te he ido perdiendo poquito a poco, y que tal vez te eche de menos a ti y a todas tus manías. Se podrán dar por aludidas millones de personas al leer esto, pero pongo mi mano en el fuego de que la persona en la que estoy pensando al leer esto jamás leerá este blog, para bien o para mal. Pero sigamos con el orgullo. No entiendo como puede ser tan difícil pedir perdón, o simplemente decir lo que pensamos o sentimos. Nos gusta demasiado encerrarnos en nosotros mismos y vivir en cada paranoia que se esconde detrás de nuestros silencios. Por todo lo mencionado anteriormente, prometo que de hoy en adelante me tragaré mi orgullo más a menudo, creyendo que así tú te tragaras el tuyo.