Quejarnos por vicio.

Hoy en día hay muchos vicios insoportables, pero el que más me molesta es el vicio de quejarnos, o mejor dicho, el quejarnos por vicio. Si tenemos poco queremos mucho, si tenemos muchos queremos más, y así vivimos, infelices, infelices por no ser capaces de conformarnos con lo que tenemos. Ese tiempo que usamos para quejarnos es tiempo perdido. Y cuando piensas que no tienes nada, ¿de que te quejas? Mejor luchar por lo que deseas, que quejarte de lo que no tienes.