No te prometo la luna, pero que sepas que desde mi ventana ésta se ve un poco más bonita. Olvídate de los cuentos que te contaron sobre comer perdices, comámonos a besos y al menos seamos felices. Porque las cosas nunca ocurren como imaginamos, pero al imaginarnos algo estamos un paso más cerca de conseguirlo. Por eso, mientras llega el indicado disfrutemos del equivocado.